La Gris
No parece la misma que enamoró al invierno
aquella que en junio se desnudaba ante el arroyo
la que hacía pan al rescoldo y soñó siete hijos
olisqueando tierra húmeda y viento sur
y al anochecer tendida cara al cielo lloraba
lunas nuevas en su tristeza
antes de romper amaneceres de humo y leña.
No parece la misma sombra esa mujer grisácea
apagada en tiempos y señales.
La que se despide con un rostro de pergamino
ajado y lluvioso de ausencias.
No parece ser la misma
que sentada,
espera.
Diana Poblet